Primado de la práctica: partir de sí – Una política que no tiene siempre el nombre de política

Y si es cierto que lo jurídico pudo servir para representar, de manera sin duda no exhaustiva, un poder centrado esencialmente en la retención y la muerte, resulta absolutamente heterogéneo respecto a los nuevos procedimientos de poder que funcionan no en el castigo sino en el control, y que se ejercen en niveles y en formas que desbordan el Estado y sus aparatos. Hace ya siglos que hemos entrado en un tipo de sociedad en la que lo jurídico puede cada vez menos codificar el poder o servirle como sistema de representación. Nuestra línea de pendiente nos aleja cada vez más de un reino del derecho que empezaba ya a retroceder hacia el pasado en la época en que la Revolución Francesa y, con ella, la edad de las constituciones y los códigos, parecían convertirlo en una promesa para un futuro cercano.

En esa representación jurídica la que todavía está en obra los análisis contemporáneos sobre las relaciones del poder con el sexo. Ahora bien, el problema no consiste en saber si el deseo es ajeno al poder, si es anterior a la ley como se imagina con frecuencia, o si, por el contrario, es la ley la que lo constituye. Ése no es el punto. Ya sea deseo esto o aquello, de cualquier manera se continúa concibiéndolo en relación a un poder siempre jurídico y discursivo, un poder que encuentra su punto central es la anunciación de la ley. Se permanece aferrado a una determinada imagen el poder-ley (…) Y es de esta imagen que es preciso librarse, es decir, del privilegio teórico de la ley y de la soberanía, si se quiere realizar un análisis del poder dentro del juego concreto e histórico de sus procedimientos. Es preciso construir una analitica del poder que ya no tome al derecho como modelo y como código. (…) Pensar a la vez el sexo sin la ley, y el poder sin el rey.           Michel Foucault, La voluntad de saber

 

En 1966, diez años antes de la aparición del primer volumen de la Historia de la sexualidad de Michel Foucault, un grupo de mujeres en Italia atacaba, ya, la hipótesis represiva. El Demau, abreviación de “desmitificación del autoritarismo patriarcal”, no tomaba éste como la opresión masculina, sino que señalaba simplemente la existencia de un problema entre las mujeres y la sociedad, y que no eran las mujeres quienes planteaban un problema a la sociedad (aquello que se denomina la “cuestión femenina”), sino la sociedad quien planteaba un problema a esas mujeres. Desde su perspectiva, la política de integración es para su caso lo que la manzanilla es a una enfermedad grave, porque la separación femenina, incluso en la marginalidad que conlleva, deviene, una vez reapropiada, un punto de partida ofensivo y no ya una fuente de debilidad. Esta aproximación antepone la diferencia femenina contra el mito de la igualdad construido a partir del metro de medida masculino. Pero al mismo tiempo, la apuesta consistía en operar una revolución simbólica que diera a las mujeres los instrumentos para construir otra categoría del mundo que las viera como sujetos, una nueva trascendencia que permitiera a los cuerpos femeninos decirse y pensarse sin sublimarse. “El hombre – escribe Carla Lonzi – ha buscado el sentido de la vida más allá de la vida y en contra de la vida misma; para la mujer vida y sentido de la vida se superponen permanentemente.” Se trataba de un ataque dirigido contra la cultura, que colocaba las bases de una práctica distinta, de otra aritmética de los posibles: acusar a la filosofia de haber espiritualizado la jerarquía de los destinos asignados al hombre a la trascendencia y a la mujer a la inmanencia equivalía a reivindicar para sí el derecho a hacer la historia, a concebir de otra manera el nacimiento, la muerta y la guerra, a decir su palabra sobre lo que es viable y deseable.

“Tanto a la cultura humana – leemos en No creas tener derechos – como a la libertad de las mujeres hacen falta el acto de trascendencia femenina, la mayor cantidad de existencia que podamos ganar al superar simbólicamente los límites de la experiencia individual y la naturalidad del vivir”, pero la historia avanza por otra dirección. En los años setenta, en Italia, la toma de consciencia femenina se dio bajo el estandarte de la opresión sufrida; la “condición femenina” no reflejaba la realidad social y política articulada que habría tenido que aportar, pero sí mostraba a unas mujeres deseosas la libertad y de potencia una imagen degradante y deformada con la que ellas tenían el deber moral de identificarse y que extinguía todo entusiasmo.

A partir de 1970, en Italia, tras prestar atención a la experiencia estadounidense, algunos grupos de autoconsciencia comenzaron a constituirse. El silencio era vencido pero la satisfacción permanecía todavía lejana: escuchar historias de mujeres que sin ninguna razón se vivían como inferiores en la familia, en el trabajo y en los grupos políticos, acaba por producir una caja de resonancia que hacía de esta realidad contingente algo infranqueable. “Esto nos hace conscientes – pero no nos da instrumentos, no nos hace desarrollar ningún poder contractual en la transformación de lo social, sólo consciencia y rabia”  (No crea tener derechos) Y no obstante, en esas palabras intercambiadas entre mujeres que anteriormente habían sido mudas, algo había tomado cuerpo que se conservó en la tradición feminista: una cierta relación de intimidad y abstracción con la esfera de lo sensible, un vaivén entre concreción y abstracción que agrietaba la superficie lisa de los discursos de legitimación del poder.

Poco a poco, los grupos de mujeres salieron de la inocencia, esa prisión en la que la sociedad las tenía confinadas y de la cual el separatismo se avergonzaba en hacerlas salir. Hacía falta liberarse de la imagen de la “madre mortífera” (L´erba voglio, n.15) que alimenta pero devora, imagen a la vez de la devoción hacia el prójimo y de la heteronomía, de aquella que renuncia a la violencia pero la ama en el hombre por procuración otorgada y contra sí misma.

Acerca de las relaciones en los grupos de mujeres, leemos en 1976: “Excluyendo la agresividad todo se conserva puro en la superficie, incluso si en el interior de nosotras, entre nosotras, en profundidad algo se vuelve cada vez más amenazante; ¿lo que se queda afuera no será por casualidad algo reprimido y prohibido desde siempre a las mujeres? Las mujeres son tiernas, todo el mundo lo dice, ¿debemos escuchar lo que todo el mundo dice, o bien lo nuevo y extravagante que sucede entre nosotras?” (No creas tener derechos)

Contra la madre mortífera surgía la idea de la “madre autónoma”: “Para decirlo más sencillamente, existe un miedo femenino a exponer el deseo propio, a exponerse con su deseo, que lleva la mujer a pensar impiden su deseo, y es así como ella lo cultiva y lo manifiesta, como la cosa que le es negada por la autoridad exterior. En esta forma negativa el deseo femenino se siente autorizado a expresarse. Pensemos por ejemplo en la política femenina de la paridad, llevada por las mujeres que jamás se hacen fuertes por una voluntad propia sino sola y exclusivamente por lo que los hombres tienen para ellas solas y que les es negado.” (No creas tener derechos)

Sin embargo, el fantasma de una infancia angustiosa, imposible de echar fuera, continuaba acosando las relaciones entre mujeres. “He experimentado una envidia insensata – cuenta Lea, implicada en la experiencia de los grupos de mujeres – por mis amigas que volvían de Portugal (en ese entonces, en 1975, estaba en curso una tentativa de revolución social en Portugal), que vieran ‘el mundo’, que guardaban una familiaridad con el mundo. Me sentí extraña por su experiencia, pero no indiferente. La consciencia de nuestra realidad/diversidad de mujeres no puede volverse indiferencia al mundo sin sumergirse de nuevo en la existencia…Nuestra práctica política no puede provocarnos el daño de reforzar nuestra marginalidad. ¿Cómo salir del punto muerto? ¿El movimiento de las mujeres tendrá la fuerza y la originalidad de descubrir la historia del cuerpo sin dejarse tentar por el infantilismo (refuerzo de la dependencia, omnipotencia, indiferencia al mundo, etc.)” (Sottosopran.3, 1976)

A partir de 1975, numerosas librerías de mujeres eran abiertas en todo Italia siguiendo el ejemplo de la Librarie des femmes parisina; y centros de documentación y bibliotecas de mujeres surgían también. Cuanto más tomaba forma la alternativa, más aumentaba la moderación y la “satisfacción de sobrevivir” se volvía predominante.

La riqueza del movimiento italiano, que radicaba en apostar sobre prácticas de subjetivación que se desvinculaban del miserabilismo antes que sobre el psicoanálisis y la función terapéutica de la agregación, ahora se giraba contra él. La historia de la Casa de Col di Lana abierta en la primavera de 1976 describe un fracaso considerable: “Cuando la Casa fue arreglada – cuentan las protagonistas – las mujeres vinieron a montones. Durante reuniones enormes, el miércoles por la tarde, la sala principal se encontraba llena. Pero pronto fue claro que este lugar más grande y abierto ni siquiera funcionaba para la confrontación política extendida. Sus dimensiones no hacían otra cosa que ampliar el fenómeno de la pasividad de muchas reuniones de pequeño número. Siempre que la sala se llenaba de 150 a 200 mujeres, se ponían a hablar de la lluvia o del buen tiempo de la manera más agradable, como lo hace una clase de mujeres en espera del profesor. Ese estado de espera a medias paraba cuando una u otra, pero eran siempre las mismas, pedía comenzar el trabajo político por el cual se encontraban reunidas. El trabajo avanzaba con las intervenciones de una u otra, siempre las mismas, una decena aproximadamente, y las demás escuchaban. No había modo de cambiar ese ritual. Si ninguna de las diez comenzaba el trabajo, las demás continuaban parloteando con la misma vivacidad. Si, una vez que el debate había comenzado, ninguna de las diez retomaba la palabra, reinaba en la enorme sala un perfecto silencio. Los temas debatidos eran igualmente impotentes para agitar la situación. Al final como es fácil imaginar, ningún tema tenía ya razón de ser discutido salvo la situación misma que se había creado ahí y la tentativa de descifrarla. Pero ni siquiera este tema tuvo ningún efecto de transformación. Fue planteado y discutido por las mismas diez que hablaban ante la presencia inevitablemente muda de las demás. Era un fracaso total.” (No creas tener derechos)

La escisión de este gran grupo silencioso de mujeres que ostentaba su simple presencia masiva y enigmática contra la voluntad política de las diez que hablaban, dio lugar a doce comisiones de trabajo en las que el silencio tuvo que ser roto. Esas mujeres explicaron que temían a la conflictualidad política, que la percibían como algo amenazante para la solidaridad entre mujeres y la cohesión de lo colectivo, en resumen, para su nuevo equilibrio subjetivo. Esas mujeres se habían efectivamente subjetivado, pero de una manera paralizante. Su práctica constructiva, hecha de discurso y de transmisión de un saber distinto, a fuerza de nunca enfrentarse a lo que la contradecía se veía sin palabras y sin ninguna curiosidad. Lo que esas mujeres temían perder al exponerse, lo habían perdido ya desde hace mucho tiempo: la unidad protectriz que querían a todo precio preservar había muerto por su temor a modificarla, ellas no tenían ya nada que decir, habían recomenzado a sobrevivir en el margen, situación que su encuentro tenía supuestamente la intención de sacarlas. “El colectivo, si hemos comprendido bien, no era por consiguiente el lugar de existencia autónoma posible, sino el símbolo vacío que las mujeres tienen de dicha existencia.” (ibíd.)

El temor a regresar a la dependencia del hombre volvía poco exigentes las relaciones entre mujeres, las nivelaba desde abajo: toda divergencia se volvía un peligro. Ahora bien, una política que sólo contamina a un solo sexo no contamina. Las prácticas sucesivas de la librería de las mujeres de Milán iban en una dirección que pretendía oponerse a ese inmovilismo mediante la asunción de las discrepancias entre mujeres. La práctica de confiarse a una “madre simbólica” se volvió el centro de su acción y de su relación. La “mujer más grande que yo”, que supuestamente constituye la mediación infranqueable y más fiel con el mundo, reabsorbía el diferencial de poder al encarnarlo. La autoridad era juzgada legítima porque sacaba a las mujeres de una falsa sonoridad generadora de neurosis e inmovilismo. La fase extática del feminismo diferencialista se volvía a cerrar sobre la madre autoritaria. 

El rechazo de la hipótesis represiva no desemboca, aquí, en su consecuencia lógica: el abandono del separatismo y la hipótesis mixta. Pero ¿por qué entonces, si es esta última perspectiva la que consideramos, conservar el nombre feminismo y no sumergirlo en el pensamiento del género o en la teoría queer?

Por varias razones: la primera es que los movimientos de mujeres nunca han sido movimientos de minoría: las mujeres, es bien sabido, son numéricamente mayoritarias sobre el planeta; la segunda es que las mujeres, por su muy larga ausencia en la escena del saber y del arte, fueron civilizadas de manera imperfecta, sin trascendencia propia, y por esta razón siguen siendo portadores de una potencia política por venir: fueron integradas a la gestión y al capitalismo, pero no realmente a sus formas políticas.

La cuarta razón es que las mujeres se deconstruyen en cuanto mujeres desde hace ya mucho tiempo, pero esto no basta para mantener la promesa de una práctica política de libertad que una medio y fin: “En tanto una mujer exija reparación de un daño, sin importar  lo que ella obtenga, no conocerá jamás la libertad (…). La libertad es el único medio para alcanzar la libertad.” (No creas tener derechos)

TIQQUN Órgano consciente del Partido Imaginario – Ecografía de una potencia p.17-24.

Para bajar:

Teoría y práctica del feminismo italiano en la década de setenta

 

El Vacie, seguridad de barrio y chabolas

En verdad, se trata de “un encarcelamiento de diferenciación o de segregación, orientado a mantener apartado a un grupo y facilitar su sustracción del cuerpo societal” – Loïc Wacquant – Las cárceles de la miseria

 

Quien piensa que en “Europa” no existe favela se engaña. Los extranjeros, principalmente europeos que se van a Brasil con ganas de conocer a una auténtica favela como si fuese un gran parque de atracciones, no se dan cuenta que justito a su lado cuentan con una formación muy similar a la que tenemos allí.

Una turista sevillana llegó a ser asesinada al visitar una de las favelas del Río de Janeiro a través de una agencia de turismo sin darse cuenta que podría dar el mismo paseo por el asentamiento chabolista más antiguo de España, ubicado en el norte de Sevilla  llamado El Vacie.

El Vacie enfrenta casi los mismos problemas de marginación, infraestructura y prejuicio que enfrenta una favela. Actualmente El Vacie en este mes se ven enfrentando con la política del odio y la organización de la Asociación de Vecinos de Barrio de Pino Montano @PMGritaBasta que se manifiesta, organiza patrulla comunitaria y pide más policía en su barrio que está al lado de algunas chabolas del Vacie. Además de atraer con sus manifestaciones conservadoras y discursos de odio acerca de los moradores de las chabolas, también atrae grupos de ultraderecha como es el caso del grupo Vanguardia Social Sevilla que se infiltra con un discurso racista y xenófobo visto que gran parte de la población de El Vacie es de origen Gitana y/o no Española.

Los partidos políticos se aprovechan de la situación haciendo promesas de más seguridad, la policía aprovecha para adentrarse en las chabolas y pegar o amenazar a la gente, jóvenes “antifascistas” aprovechan las manifestaciones para pegarse con los de ultraderecha, garantizando así el derrame del odio de ambos los lados a través de la violencia cada uno llevando sus estrellitas, los de ultraderecha por tener pegado no se cuantos “antifascistas” y estos, por su vez, orgullosos por acto tan heroico. Y El Vacie, se queda en el vacío, invisible y con su futuro incierto.

El Vacie es el asentamiento chabolista más antiguo de Europa, situado en la zona norte de Sevilla, junto al cementerio de San Fernando. Las primeras chabolas datan de 1932, y según censo de 2016 contaba con 529 habitantes (disminuyendo de los casi 1000 que habían en 2009).

 

Desde la época de Franco les fue prometido pisos, pero hasta hoy ahí siguen viviendo en sus viviendas pre fabricadas de chapa de metal  y como puedan. Hay ahí cerca de 4 generaciones de familia. Este es su hogar.

Viven ahí casi cerca de 300 niños que sueña en tener su bicicleta, sus juguetes, sus cosas…

 

José, de 9 años, quiere una bicicleta de dos ruedas – “una monti“- y un coche “de mando de gasolina”, pero no cree en los Reyes Magos. “Son la basura”, afirma. A veces reformula la relación entre el mito y el entorno: “Los Reyes no pueden entrar aquí por la basura, hay ratas y ratones en las calles, en las casas, en las neveras y por todas partes, yo no creo en los Reyes”.(El País, https://elpais.com/diario/2008/01/05/andalucia/1199488926_850215.html)

Lo sentimiento de inseguridad en los barrios viene creciendo cada día más.  Digo el sentimiento.  Me restringiré aquí a hablar del caso de Pino Montano. Mientras escribo esto, estoy delante del periódico El Diario de Sevilla (Miércoles 19 de septiembre de 2018), en la página 10 que dice “Vecinos de Pino Montano dan una paliza a un delincuente del Vacie”. Sólo por el título de la noticia ya se podría hablar mucho.  Pero el caso es que, pocos días después de una manifestación desastrosa, uno de los propios vecinos se ocupó de pegar a un adolescente “delincuente del Vacie” que en el mes pasado había robado y apuñalado un adolescente del barrio de Pino Montano. Y sigue: “El delincuente en cuestión pertenece a una familia del asentamiento chabolista, cuyos miembros son conocidos por el apodo de los Melli y muchos de ellos tienen antecedentes por robos violentos con navaja y atracos con pistola”. (El Diario de Sevilla, Miércoles 19 de septiembre de 2018)

Los vecinos policía de Pino Montano “comenzaran a increpar al delincuente y éste comenzó a insultarle. Comenzó entonces una discusión que fue subiendo de tono hasta que varios de los vecinos  golpearon al ladrón, al que propinaron una paliza. Algunas fuentes apuntan a que incluso fue pinchado con un objeto cortante”  (ídem) . Bueno, si esto no parece linchamiento en plaza pública, yo no sé lo que es. Y es clarísimo que en esos casos, la policía tiene lado, ¿cierto?

Los móviles de los vecinos policía también sirvieran de arma para llegar a agrupar cerca de 20 a 25 miembros de la comunidad en el conflicto.

El “adolescente delincuente chabolista” un mes atrás  había robado a un móvil de un menor de edad del barrio con un cuchillo, luego junto con tres más robaron la bicicleta de otro chico del barrio.

Uno de los 3, de 17 años, fue capturado por la policía y se encuentra internado en un centro. Aquí van algunas opiniones reales de los vecinos de Pino Montano acerca del Vacie:

Carlos  @carlosdelator24 : “en el Vacie existe la basura delincuente…y tb gente wena…que necesitan una reinserción bajas unas pautas controladas…ellos si quieren mejorar y aceptan irse y se acoplan a la vida como todos nosotros…son iguales que nosotros…el forraje es el que se queda por otros motv”

Demonia @Y_aqui_sigo: “a ver si podéis dar cobertura de los problemas de seguridad en Pino Montano, Sevilla, con otro poblado marginal,  aquí es el vacie”

INCORRECTO-75 @cazafran2007 “Y una mierda…Todo es basura en el vacie…Nadie normal aguanta allí un día de su vida”

 

La propuesta de policía comunitaria que tanto seduce más y más los barrios que están ilusionados con los sentimientos de inseguridad, empezó a ganar visibilidad después de la política de Tolerancia Cero instaurada en los EEUU. En el libro “Las cárceles de la miseria”, Loïc Wacquant mostró cómo el gobierno de izquierda de Francia incorporó la propuesta estadounidense.  Hay que se acordar que la política de Tolerancia Cero fue adoptada no sólo en Francia pero por muchos países y por gobiernos de derecha y de izquierdas.

Para los desavisados, Tolerancia Cero es una política de seguridad ciudadana, puesta en práctica en la ciudad de Nueva York.  Sus principios están basados en un artículo publicado en 1982 y que explicita básicamente el siguiente:

“Consideren un edificio con unas pocas ventanas rotas. Si las ventanas no se reparan, los vándalos tenderán a romper unas cuantas ventanas más. Finalmente, quizás hasta irrumpan en el edificio, y si está abandonado, es posible que sea ocupado por ellos o que enciendan fuegos dentro.” James Wilson y Georges Kelling, Broken Windows

“O consideren una acera. Se acumula algo de basura. Pronto, más basura se va acumulando. Finalmente, la gente comienza a dejar bolsas de basura de restaurantes de comida para llevar.” James Wilson y Georges Kelling, Broken Windows

Lo que significa que, si no se actúa inmediatamente en el crimen cometido la situación de violencia y inseguridad tiende a aumentar en el barrio. Por eso, lo más justo es alejar cada vez más los individuos considerados  peligrosos de los barrios de bien, tales como personas sin domicilio fijo, prostitutas, toxicómanos, etc. Es una propuesta de seguridad política fascista que perjudica minorías políticas y éticas en general. Y que hace de los ciudadanos de bien,vecinos del barrio, ciudadanos policías que actúan patrullando y actuando con la violencia necesaria cuando necesaria, como vimos en el caso de Pino Montano.

Definitivamente, combatir la pobreza, ofrecer un mayor número de asistencias estatales y/o en alianza con la sociedad civil , pasó a ser entendido, también, como una política de seguridad. Las policías pasaran a frecuentar universidades, convidar filósofos y especialistas para sus dominios, convocar la participación  de la sociedad civil y participar de cursos sobre derechos humanos, o sea, aprender cuándo y cómo pegar menos en defensa del derecho primordial de la Declaración de los Derechos Humanos: la propiedad privada.

La violencia y sus mitos resultan de esta homogeneización entre, por un lado, la propiedad, el Estado, y los hombres de bien, y por otro lado, los comunes ciudadanos y los agentes  peligrosos habitando los mundos del crimen y de la subversión.

 

Para quién pueda interesarse, Callejeros, El Vacie, 1a parte:

Tole

¡ABAJO LOS MUROS DE LAS PRISIONES! – Carteo con los presos de Altsasu

 

 

TODO NUESTRO APOYO y colaboración para la libertad de lo 8 chavales de Altsasu que, mismo no siendo condenados con las penas de terrorismo, fueran condenados con las penas máximas de “notabilísima gravedad” entre 2 y 13 años por delitos de atentado, lesiones, desórdenes públicos y amenazas con el agravante de abuso de superioridad y odio.

A pesar del terrorismo tener sido descartado en la acusación, todavía quedan los fantasmas de ETA en las palabras de la fiscalía, y de una supuesta participación de los jóvenes en el grupo OSPA (Fuera) que tiene, según dicen los de la fiscalía el propósito de propagar el odio hacia la guardia civil (como si eso fuera realmente necesario en cualquier sitio del planeta…)

La sentencia se ha dado así porque “no puede permitirse que en el siglo XXI, y en un Estado democrático y de derecho, se prive a unas personas, solamente porque tengan la condición de Guardias Civiles y sus novias, de poder moverse en libertad por la localidad de Alsasua, y que solamente pueden acudir a determinados lugares y no pueden salir por la noche a pasar un rato de ocio y diversión”.   Desde este colectivo lamentamos esa frase y lamentamos todo el ocurrido, el cansancio de las familias y amigos y la sentencia sea de terrorista o no de los chavales. Estamos acabando con la potencia de nuestra juventud. Encarcelando y matando potencialidades.

 

La sentencia puede ser leída aquí:

380740106-Audiencia-Nacional-Sentencia-Alsasua

Para los que deseen cartear con los presos del Altsasu Aquí van los datos:

Centro Penitenciario Madrid VII, Estremera, Madrid/ Carretera M-241, Km.5.750, CP 28595

Jokin Unamuno condenado a 12 años de prisión.

Ohian Arnanz, condenado a 13 años de prisión.

Jon Ander Cob condenado a 9 años de prisión.

Iñaki Abad condenado a 13 años de prisión.

Adur Ramírez de Alda condenado a 12 años de prisión.

Julen Goicoetxea condenado a 9 años de prisión.

Aratz Urrizolaortigosa condenado a 9 años de prisión.

Ainara Urquijo condenado a 2 años de prisión.

Acordar siempre de: la primera carta hacerla de manera breve presentándote y dando tu apoyo y la posibilidad de un cambio de correspondencia; enviar siempre un sobre y un sello dentro de tu sobre.

salud, pasión y anarquía

 

Asesinatos de Estado, Racismo Institucionalizado, Estado de Excepción, Aquí y Allí

Mama África, mi mama, es madre soltera, y tiene que hacer biberón, todos los días además de trabajar como empaquetadora en las Casas Bahia. Es del Senegal, ser negro, Senegal…Debe ser legal, ser negro, Senegal…” (Chico César)

 

España, 15 de marzo de 2018

MADRID – En el barrio de Lavapiés en Madrid, Mame Mbaye muere por un infarto al huir de la policía por el hecho de ser vendedor ambulante, así como muchos senegaleses y no senegaleses en Madrid, España y en el mundo.

Acerca del barrio, en 1861, Mesonero Romanos nos decía que:

“Entre los que vinieron guiados de próspera estrella y cambiaron luego sus humildes trajes y groseros modales por los brillantes uniformes y el estudiado idioma de la corte, vinieron también aunque con más modestas pretensiones, los alegres habitadores de Triana, Macarena y el Compás de Sevilla, los de las Huertas de Murcia y de Valencia, de le Mantería de Valladolid, de los Percheles y de las islas Riaran de Málaga, del Azoguejo de Segovia, de la Olivera de Valencia, de las Tendillas de Granada, del Potro de Córdoba, y las Ventillas de Toledo, y demás sitios célebres del mapa picaresco de España, trazado por la pluma inmortal autor de QUIJOTE: todos los cuales, mezclándose, naturalmente con las clases más humildes de nuestra población matritense, adoctrinándola con su ingenio y travesura, despertando su natural sagacidad, su desenfado y arrogancia, fueron parte a formar en los Manolos madrileños un carácter marcado, un tipo original y especialísimo, aunque compuesto de la gracia y de la jactancia andaluzas, de la viveza valenciana y de la seriedad y entonamiento castellanos.”

Ya en la década de 1970, el barrio fue ocupado por un flujo de jóvenes, por la abundancia de viviendas de baja renta, y viviendas abandonadas. Haciendo de Lavapiés la morada y la organización de distintos colectivos libertarios, anarquistas y okupas. En el siglo XXI, es el barrio con la mayor cantidad de asociaciones y movimientos sociales de Madrid. Además, y también por eso,  es uno de los barrios de España donde más habitan inmigrantes. Puede que la mitad de su población sea de inmigrantes refugiados, ilegales, etc.

Mame Mbaye vivía allí, en la Calle Oso. Fue justo allí, huyendo de la policía que su corazón paró. Uno de sus amigos dice: “Vender en la calle es muy duro, no tenemos papeles ni ningún tipo de ayudas. No queremos robar.¿Qué otra cosa podemos hacer? Tenemos que pagar el alquiler y las facturas”. Ese mismo amigo dice que la persecución de la policía en los últimos tiempos tiene sido cada vez más constante y que cada vez que consiguen detenerlos les quitan todo el dinero y sus pertenencias.

Mame hacía parte del Sindicato de Manteros y Lateros de Madrid (Twitter: @manteroslateros) y hacía años venia intentando legalizar su situación en España para poder trabajar legalmente. Pero el infarto por la persecución policial interrumpió sus planes y sacó su vida de manera brutal.

 

¡Su corazón gritó, hartándose de tal situación!

La respuesta a esa atrocidad, a esa muerte indirecta por el Estado (que en verdad solo ahorró una bala) fue esta:

Un manifestante increpa a unos agentes

Un manifestante lanza un contenedor de basura a las llamadas durante la protesta

Un policía mira el interior de una sucursal del banco BBVA a través de los cristales rotos en Lavapiés

Murcia – En la mañana de jueves, 15 de marzo, vuelven los agentes de la Policía Nacional, armados con subfusiles de asalto a las obras del AVE, conocida como la “abuela del soterramiento”. Muchos vecinos lamentaban las imágenes que se veían, donde muchos de los niños tienen la costumbre de jugar y pasar por la región.

Uno de los vecinos comenta: “La policía con subfusiles de asalto en el paso a nivel, a los ojos de cientos de niños que cruzan hacia sus colegios. Imagen de otras épocas y regímenes”.

A pesar de las peleas y las hablas de aquí y de allí de partidos y gobiernos, lo que esta en cuestión es el ¿Por qué justo en este punto de la línea de AVE no se puede hacer el soterramiento, pero sí construir un muro? Un muro que corta totalmente la comunicación y la movilización de la urbanización, aislando cada vez más una población a que poco interesa a gobiernos capitalistas y neoliberales. Muros aquí, muros allí. Muros privados en Murcia, muros estatales en fronteras americanas.

La población de Murcia se manifiesta desde septiembre de 2017 por la próxima llegada del AVE en superficie. Desde entonces varios detenidos, heridos y presos. Mismo así, crece la resistencia de los vecinos frente a la Administración y a los partidos.

Pero, si parece que no sirve de nada la manifestación y revuelta de los vecinos, Murcia se quedará dividida en dos, por un muro de 5 metros. Acerca del cuanto eso dificultará la comunicación y la movilidad y aislará la población, el Sr. Ministro del Fomento, Íñigo De la Serna “comprende” el problema pero entiende que el muro es una cuestión de “garantizar la seguridad” y que “bago ningún concepto [quiere] poner en riesgo la seguridad”

Gobiernos aliados al sector privado, intentan acalmar las resistencias. Y el sector privado presiona el gobierno para que calme su población de una manera bien clara. Aldesa, la empresa adjudicataria de la primera fase del soterramiento, amenaza al gobierno, para que haga con que “su gente” se calle, cuando amenaza abandonar las obras por violencia, ya que las manifestaciones ponen en riesgo sus funcionarios: “No son manifestaciones ni vandalismo, es violencia” dice el responsable de la Obra Civil de la compañía.

Con eso, no sorprende que más represión, violencia estatal, estado de excepción vengan por ahí, y que la población de Murcia tenga que se conformar con el muro de 5 metros.

RÍO DE JANEIRO“La carne más barata del mercado, es la carne negra” (Elza Soares)

Alrededor de las 21:30 de la noche de miércoles, 14 de marzo de 2018, fue asesinada con 4 balas en la cabeza, de forma sospechosa, la concejal Marielle Franco (PSOL). Mujer, negra, feminista, joven y carne de favela. Nacida y criada en la favela de la Maré, el mayor complejo de favelas y uno de los más violentos de Río de Janeiro, la concejala de izquierdas fue un símbolo de la lucha de las mujeres negras en Brasil contra el racismo, el machismo y la violencia policial.

DISTINTAS PERO NO DISPERSAS

Marielle hablaba abiertamente acerca de la agresividad y militarización de las favelas, donde los residentes además de estar bajo el control brutal del narcotráfico también están aterrorizados por la violencia policial.

En 2016, la policía mató mas de 4.200 personas en Brasil. Las víctimas son desproporcionalmente negras. El presidente Michel Temer puso el ejército a cargo de la seguridad de la ciudad en muchos casos. La derecha gana popularidad entre toda la población. Los residentes de las favelas se oponen brutalmente a esas movidas, por el temor que solo provoque derramamiento de sangre en las periferias y en su vecindad. “¿Cuántos otros tendrán que morir para que termine esa guerra?”, escribió Marielle en uno de sus últimos tweets, abordando la violencia policial. La concejal acababa de ser nombrada como relatora de una comisión que supervisa la militarización de la seguridad pública (que incluye la investigación de las UPPs de las cuales se habla en el archivo PDF que esta en el artículo interior).

Una de las funcionarias de la concejal fue abordada por un hombre de forma amenazadora en una parada de autobús cerca de 10 días atrás. Él cuestionó, en tono amenazador, si la funcionaria trabajaba con la concejala. Cuatro días antes de morir, Marielle había denunciado la truculencia de los policiales del 41° Batallón de la Policía Militar contra los moradores de la favela del Acari, en la Zona norte de la ciudad de Río de Janeiro.

En el jueves 15 de marzo, hubo manifestaciones “pacíficas” en todo el País por la muerte de Marielle, con decires como “Lucho es Lucha” y “Policía Asesina, no nos va a hacer callar”.

Una vez más, el Estado calla una voz joven y potente. La policía sigue en las favelas y seguimos siendo marginales, radicales, terroristas, aplastados más y más…pero seguro, deben de haber salidas…

Y en el luto, cantó Caetano Veloso parte de su canción “Estou Triste”  (Estoy Triste): “Estoy triste, tan triste y el lugar más frío de Río es mi cuarto” :https://twitter.com/caetanoveloso/status/974316649473101824

Y un amigo escribió certeras palabras:

“Una ejecución que hace cuestión de mostrar que es ejecución tiene uno objetivo claro: provocar el miedo y el terror en todxs que se oponen a la violencia asesina de las fuerzas de seguridad. Nunca fue tan clara esa frase: ¡terrorista es el Estado!” (Twitter: @acacio1871)

Experiencia con luchas por vivienda en Sevilla, benfactorxs y amistad

Si la vida es movimiento, asi como todo que la rodea, nosotrxs estamos en constante deconstrucción.

Cambiar, transformar e inventar son acciones que en gran parte de los casos pasan por algunas fases: rechazo a lo que se presenta en el presente, aislamiento delante del entorno y reconstrucción refletida para adaptarse al nuevo medio.

Es en esa adapctación que se pasan algunas cosas importantes con relación a la constitución de un nuevo individuo o grupo. Y es ahí el punto crucial para saber diferenciar entre el/la benfactorx y el/la amigx.

En ese ejercício constante hay un momento que se hace extremadamente importante la existencia de lxs benfactorxs. Son las personas  con las cuales podemos confundir con amigxs, a partir del momento en que te dan todo lo que necesitas  para reconstruirse. Pero, diferente del amigx, con el/la benfactorx es común haber un sentimiento de odio, rechazo y hasta mismo se llegar a actitudes de violencia, caso esx se niegue a ayudar, sea por lo que sea.

“Pero si examinamos con atención nuestros sentimientos, advertimos que nuestra actitud amistosa respecto de ellas [las personas benfactoras] depende sólo de lo que hacen, de su benevolencia del hecho que nos SIRVEN, nos son ÚTILES” (F. Alberoni).

Si ya sentimos que esta servitud y utilidad no nos viene bien, se toman actitudes agresivas y rechazos o manipulaciones frente a esas “buenas personas”. No soy una benfactora. Busco, mismo que eso sea una contradiccion, relaciones de amistad.

Las amistades sólo son posibles en los encuentros. La amistad no es algo ya dado, pero es una construcción ética. Si  los amigos son grupos o parcerías de iguales, lxs benfactorxs son relaciones basadas en su utilización como RECURSOS de los cuales se pueden aprovechar, “a quien tratamos bien porque necesitamos de ellos, pero a quien no dudaríamos en arrancarles las cosas de las manos, si nos las negaran” (F. Alberoni).

Acerca de los últimos ocurridos, más o menos recientes, con relación a específicas luchas por vivienda de específicos colectivos de personas sin hogar, lo que veo  es que muchxs  de nosotrxs somos vistxs exactamente de esa manera. A los partidos reformistas, eso les viene muy bien. Pero eso es inadimisible dentro de un ambiente de lucha anarquista.

No somos benfactorxs, buscamos construir relaciones de amistad, relaciones horizonales, entre iguales, con sus distintas individualidades.

No busco ser Madre, ni espero gratitud, ni perdones y ni agradecimientos, como se lo que se hace junto necesita de una gratitud sin fin, tal cuál la realidad del esclavx con el “buen señor”.

Busco reciprocidad, sin sentimientos de deudas, sin que reciprocidad signifique una obligación trascedental de cambio entre personas y grupos.

Lxs amigxs no son pasivxs, no son fuentes de recursos, no construyen relaciones de hierarquía y no basan su amistad en normas y represión.

En las amistades anarquistas no hay espacio para disimulación, agresión, manipulación, benevolencia, autoritarismo o tititereo. Es un tipo de amistad que no cabe dentro de algunos sítios específicos de la lucha por la vivienda de los sin hogar en Sevilla.

Mi lucha no es esa lucha, pero que sigan buscando sus benfactorxs.

¡Y salud a la amistades y a los nuevos encuentros!

Como ya decían los Doces Bárbaros, inquietos amigos músicos brasileños: ¡Es necesario estar atento y fuerte!

 

 

¡salud, pasión y anarquía!